Margarita

La mañana en el circo es bastante común. Salimos un poco a ver el sol, tomamos un baño, desayunamos y no mucho mas.
Lo que a mi me encanta es tomar sol, me puedo quedar horas, cierro mis ojos y recuerdo los viajes por el mundo, la sabana africana las estepas de Australia, el glamour de Europa y la gente en Estados Unidos. Todo tiene su encanto. Solo me distraigo con los malabaristas, cuando practican cerca mío. Ahí viene el mago Splendor a limpiar sus artilugios,
- Adiós, Margarita
- Adiós, Splendor, le respondo, siempre fue tan simpático conmigo. Es uno de mis mejores compañeros.
Todo lo contrario a el enano ese, ni el nombre se, Virutita, Espumita, Pitita, Mierdita, jeje, que mala soy.
- Hola gorda pedorra, me dice todo los días
- Adiós sorete pequeño, le respondo cada vez que puedo, espero que no me escuche porque la ultima vez me pego, él dice que sin querer, pero yo le vi los ojos antes de hacerlo. Los tenía inyectados en sangre. Estoy segura que no fue sin querer.
Igual todos mis compañeros son buenísimos, menos él. Cada mañana que lo veo practicar sus saltos y sus números cómicos, no me causa ninguna gracia, él lo sabe, yo se lo hago sentir con la mirada. Igualmente no me gusta cuando me mira, me parece que se va a dar cuenta cuanto lo odio.
Todos los actos están muy bien, el león con el domador, los monos trapecistas, los trapecistas reales, el mago es un divino, mi acto, sin pecar de humilde esta muy bien, los chicos se ríen muchísimo. El enano este piensa que resuelve todo saltando en una cama elástica, claro, como tiene las patas cortas, le parece gracioso abrirlas en el aire que no se note la diferencia o poner caras. Para mí que trabaja porque es el primo del dueño y como la familia no sabia que hacer con semejante engendro de metro veinte, lo metieron en el circo. No es como yo, yo nací para esto, las luces, el glamour, los aplausos, la gente, la sonrisa de los niños. Nada me impide, hacer mis bailes, ni mi cabeza, ni mi gran contextura física, ni mi peso. Soy feliz siendo quien soy. No soy ese enano resentido,
Ahí esta saltando fingiendo su sonrisa, si hasta me desconcentró, tan feliz que estaba con mis recuerdos, un salto, dos, tres, pero que tiene de gracioso si no sabe tirar una mortal, parece que ahí la tira, igual yo nunca salte pero, me parece que esta muy cerca del borde, y esta muy cerca de mí, me voy a acercar mas. Si se cae quiero estar en primera fila para disfrutar del golpe, je je , que mala soy. Me esta entrando sueño de ver a el enano.
Me parece que quiere tirar una mortal, no, se va matar, jeje Parece que ahí va.... Auuummmmmm, que bostezo, ahí al aire, pero épa que pasa se viene directo a mi, me va golpear, hay no quiero ni mirar, auummmmmmmm, hmmmmmmm, se cayo dentro de mi boca.
Saquen a este enano de mi boca!!!!
¿Saquen a este enano de mi boca?
¿Qué no puede salir solo? Que inútil!!
Y si él no puede salir, yo no voy a hacer nada para que salga.
Mejor cierro mis ojos y mi boca y recuerdo mis viajes por el mundo. Y mi cartel, rojo y amarillo con mi foto y luces de neón. Margarita, La bailarina, La primer hipopótamo danzante del mundo...

Un circo austriaco visitaba Zambia. Uno de los números al aire libre lo protagonizaba un enano saltando en una cama elástica. En uno de los rebotes calculo mal y cayo dentro de las fauces abiertas de un hipopótamo. Murió asfixiado antes de que pudieran abrirle la boca con una palanca.